El sabor de la vida
En mi país las relaciones sociales, familiares y personales giran al rededor de la comida. Al desayunar se habla y se piensa qué se va a almorzar, al almuerzo lo que se va a cenar, y durante la cena lo que se va a desayunar al día siguiente.
Es maravilloso comer un plato con buena sazón. Así también ocurre con la vida. Es delicioso vivir una vida “con buen sabor”. Pero qué da sabor a la vida? Entre otras cosas, el propósito. Esta mañana te invito a pensar: cuál crees es el propósito de tu vida?
El hombre más famoso por su sabiduría, fue el Rey Salomón. El recibió sabiduría como un regalo de Dios. Y en su sabiduría, Salomón concluyó:
Eclesiastés 12:8 (EM) "Vanidad de vanidades", dijo el Predicador; "todo es vanidad."
Salomón llegó a esta conclusión, luego de vivir y tratar de hacer grandes obras, luego de hacer grandes juicios, luego de ser famoso. Salomón después de vivir la vida y disfrutar del reconocimiento de la vida en la tierra, se dió cuenta que la vida no tiene buen sabor así no más. Por ello luego Salomón nos dejó estas palabras:
Eclesiastés 12:13-14 (EM) 13 La conclusión de todo el discurso oído es ésta: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, pues esto es el todo del hombre. 14 Porque Dios traerá a juicio toda acción junto con todo lo escondido, sea bueno o sea malo.
Es importante vivir cerca de Dios. Cuando a Jesus le fue preguntado por los mandamientos, El nos dijo que amaramos a Dios ante todo y amaramos a
nuestros prójimos. David lo pone en una forma poética:
Salmos 84:10 (EM) Porque mejor es un día en tus atrios, que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios, que habitar en moradas de impiedad.
Este y todos los días, no te levantes de tu cama sin decirle a Dios, “sin importar qué pase hoy, por lo menos déjame conocerte más y acercarme más a ti”. No planees tu tiempo con Dios alrededor de tu agenda. Planea tu agenda al rededor de Dios. Dios te asegura que tu vida tendrá la major sazón.
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