El día de reposo

 Recuerdo que quienes me enseñaron temas religiosos desde pequeño hacían hincapié en participar de los servicios semanales. En mi país los devotos atienden los sábados o domingos a servicios religiosos. Recuerdo que uno de mis profesores de religión decía – “Dios solo pide una hora de atención a la semana, presten atención en la iglesia esa horita”.

También recuerdo en mi colegio me ensenaron una versión condensada de los 10 mandamientos para recordarlos fácilmente. Y entre ellos recuerdo que el mandamiento a cumplir los domingos era resumido como “Santificar las fiestas”. Muchas veces nos limitamos solo a estas versiones simplificadas. Pero si leemos la palabra en más detalle, el mandamiento dice:

12» Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios lo ha mandado. 13 seis días trabajarás y harás todo tu trabajo, 14 más el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú. 15 y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposo. (Éxodo 5:12-15 LBLA)

Como vemos hay mucho para estudiar en este verso bíblico, que en la versión condensada que aprendí de niño. Y este mandamiento ha sido de polémicas durante la historia. Muchos judíos rabínicos guardan el Sabbath, el día del descanso de manera muy religiosa, y en su interpretación han expandido las definiciones. Durante el Sabbath, que ellos celebran desde el atardecer del viernes hasta el atardecer del sábado, consideran que no se puede hacer ninguna clase de trabajo creativo. Se cocina antes del viernes en la tarde, las velas se encienden antes que comience el Sabbath.

Muchas más reglas se han escrito, y algunos han entendido que es sacrilegio no seguir ciertas reglas. Por ejemplo, a Jesus los religiosos le criticaban por sanar los sábados, como se muestra en Lucas 13: 10-17.  Jesus mostro que el vino a cumplir toda la ley (Mateo 5:17), por lo cual entendemos que celebrar el día del descanso tiene un significado diferente a lo que muchos hemos pensado.

¿Qué podemos decir del Sabbath – el día de descanso? Primero que todo, que Dios lo estableció antes de que Moises lo recibiera en los diez mandamientos.

Justo después de la creación del hombre: “Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que Él había creado y hecho”. (Genesis 2:1-3 LBLA).

Y vemos que este día fue celebrado aun en el tiempo de Moises, antes de recibir las tablas de la ley:

“(Moises) les respondió (a los israelitas: Esto es lo que ha dicho el Señor: «Mañana es día de reposo, día de reposo consagrado al Señor. Coced lo que habéis de cocer y hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre guardadlo para mañana». (Éxodo 16:23 LBLA).

Aproximadamente 8 siglos después de Moises, El Espíritu revelo a Ezequiel que el Sabbath es una señal:

12 también les di mis días de reposo por señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy el Señor, el que los santifica. (Ezequiel 20:12 LBLA)

Sin entrar en una explicación larga, voy a enfocarme en tres partes del verso: la palabra “señal” y la frase “los santifica”. Según la concordancia bíblica:

o   Señal: אוֹת (‘ot)- recordatorio, señal milagrosa, pancarta, presagio, advertencia.

o   Los santifico: מְקַדְּשָֽׁם (m’qadesham), es una conjugación del verbo santificar en la rama Piel. Los verbos conjugados en la rama “Piel”, indica una acción causativa. En este verso específicamente dice que Dios es quien santifica. De acuerdo con el diccionario de la real academia de la lengua, ser santo significa ser libre de toda culpa.

Así pues, llegamos a una conclusión maravillosa. Dios nos dio el Sabbath, (literalmente significa “cesar” o “descansar”) como una señal y presagio que Dios es quien nos hace libres de toda culpa. Dios te recuerda cada vez que vas a la iglesia que El es quien te libra de la condena. Trae libertad saber que Dios ha hecho el trabajo y desea que tu y yo nos reconciliemos con El, y El lo hace todo por nosotros. No necesitas justificarte ante Dios, solo responder al amor que Él nos muestra.

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