El propósito que trae verdadera satisfacción

Estos últimos días he estado pensando en lo que trae verdadero sabor a la vida. Imagino que el hecho de estar en “el cuarto piso”, la partida de mi papa, la aparición de arrugas y canas es lo que me ha puesto reflectivo. Gracias a Dios el cabello se mantiene firme, a pesar de que mis abuelos mostraron con orgullo el cocote pelado.

Todos tenemos un tiempo limitado aquí en la tierra. Imagino que tu también lo has pensado. Algunos terminan su ciclo en la tierra en avanzada edad, otros ni siquiera tienen la oportunidad de ver la luz del sol. Mi papá partió a la presencia de Dios después de 75 años de vida. Una buena cantidad, aunque siendo sincero desearía pudieran haber sido más. Esta semana un amigo se fue tempranamente luego de un accidente eléctrico por causa de las lluvias en Luanda, en sus treintas.

Quizás al igual que tú, el hecho de ser más consciente de lo efímera que puede ser la vida aca en la tierra, te hace pensar el motivo de vivir. Son acaso el éxito profesional, los bienes materiales, o tener una familia estable suficientes para decir con convicción que vivimos una vida con propósito? No hay duda de que lo que menciono es importante para estar satisfechos. ¿Pero que trae en verdad satisfacción en plena?

Esta semana leía en el Segundo libro de Crónicas que Dios entablo una conversación con Salomón justo después de ser coronado. Salomón le pidió a Dios conocimiento y ciencia para saber gobernar a su pueblo. En 2 crónicas 2:11-12 nos dice que:

11 Dios respondió a Salomón: «Puesto que éste ha sido tu deseo, y no has pedido riquezas ni bienes ni honores, ni la muerte de tus enemigos, ni tampoco una larga vida, sino sabiduría y conocimiento para poder gobernar a mi pueblo, del que te hice rey, 12 te concedo sabiduría y conocimiento, pero además te daré riquezas, bienes y honores, como no tuvieron los reyes que hubo antes de ti ni los tendrán los que habrá después de ti.»”

Salomón obro bien en ese momento dado la responsabilidad que tenía. Y Dios le concedió sabiduría y mucho mas de lo que pensamos satisface al hombre, dinero, poder, respeto, fama. Aun así, vemos que Salomón después de recibir sabiduría escribió inspirado por el Espíritu Santo en el libro de Eclesiastés 1:

2 vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? 4 generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. […] 8 Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. […] 13 Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él. 14 Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. […] 16 Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.17 Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu.

Si el hombre a quien Dios le concedió sabiduría concluyo que todas los trabajos y obras en la tierra son vanidad, y aun la sabiduría no trae satisfacción, ¿entonces qué? El padre de Salomón, David, también inspirado por el Espíritu Santo nos da una clave muy importante en el Salmo 84:

5 bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. [...] 10 porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. […]. 12 Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

El verdadero propósito de la vida es andar en los caminos de Jehová. Los días son de vanidad cuando no los empezamos con Dios, cuando no caminamos de Su mano. Dios tiene para nosotros un propósito. Para mi entre otras cosas es compartir la palabra con Ustedes. He vivido una vida de muchas alegrías y satisfacciones personales, profesionales, familiares y aun económicas. Pero tengo claro que lo que me satisface más, es cumplir el propósito de Dios.

Les soy sincero, Dios me mueve a escribirles, El desea que reciban este mensaje. El es quien les habla. Y en esto yo recibo la satisfacción plena. El saber que una o mas personas sean beneficiadas, es mi propósito para vivir. Y se que los días que Dios me permite vivir aquí en la tierra, solo tienen sabor mientras yo viva para Su propósito, que en mi caso es compartir la palabra para que todos nos entusiasmemos a vivir cerca de Dios. ¡Dios te llama hoy, respondamos!

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